La superficie cultivada de ajo en el territorio argentino para el año 2022 alcanzó las 15.000 hectáreas. De estas, el 88% provienen de la provincia de Mendoza (13.300 hectáreas), el 8% de la provincia de San Juan (1.200 hectáreas) y el resto se encuentran distribuidos en las provincias de Córdoba, Buenos Aires, Chubut, Santa Cruz, La Rioja y Salta.
Hay una serie de factores en torno a la nutrición que debemos tener en cuenta para mejorar el rendimiento y la calidad del cultivo de ajo, entre los que se encuentran:
- El suelo, la sanidad, su cultivo antecesor, su textura y estructura, el balance electroquímico y su profundidad efectiva de exploración, y, dentro de él, la preparación del mismo para lograr 40 cm de profundidad o más mejora en la eficiencia de la absorción de agua. Y con esta absorción, los fertilizantes que se aplican durante el ciclo, la época de siembra para cada tipo variedad o tipo comercial. Donde hay una ventana de siembra, que se traduce en un largo de ciclo óptimo para formar la planta de mayor tamaño y con bulbos grandes, de excelente pos cosecha, calidad de semilla, con dientes de 4 a 6 gr. Estos son el rango adecuado para acompañar los demás factores.
- El riego, la calidad del agua, la conductividad eléctrica, el pH y el tiempo de riego acorde al sistema radicular logrado, junto con el monitoreo de la humedad, hacen que éste sea uno de los factores que más inciden en el éxito del cultivo y, por último, la nutrición.
El concepto de fertilización a medida relaciona los requerimientos nutricionales del cultivo con la oferta de nutrientes disponibles en el agua, el suelo y los aportes por enmiendas orgánicas (guanos) a agregar previo a la siembra. De esta diferencia entre demanda y aportes podemos estimar el total de nutrientes a reponer en el suelo. A su vez este total de nutrientes se distribuye según la etapa fenológica del cultivo.
Todo este proceso es acompañado por el asesoramiento de nuestro equipo técnico, quienes son los encargados de elaborar el plan nutricional, hacer un seguimiento durante todas las etapas del cultivo, y trabajar de manera integrada todos los factores que influyen en el rendimiento y calidad para ayudar al productor a conseguir los mejores resultados posibles.
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