Se acerca el final del ciclo agrícola de primavera verano y una tarea habitual a realizar es la limpieza de los sistemas de riego.
Para decidir si es necesario realizar el lavado del equipo de riego, cuyo objetivo es eliminar del sistema: sales (precipitados o incrustaciones químicas), materia orgánica (algas y bacterias filamentosas) y sedimentos, debemos tener en cuenta algunos factores que determinan la frecuencia en la que resulta óptima realizar la tarea.
Estos factores son: el tamaño y naturaleza de los sedimentos (arenas, limos, arcillas o coloides en suspensión), fuente de agua (subterránea o de represa), los tipos de sales, el pH, su CE y STD (sales totales disueltas), pero sobre todo su dureza.
El control rutinario del equipo de riego lleva a un rápido diagnostico de si estamos frente a un problema o no.
El control periódico de presión previo y post sistema de filtrado, presión en finales de líneas y laterales de riego, caudal de bomba y/o buster, caudal de emisoras de riego, despuente o desagote de los mismos, son muy importantes para contrastarlos con los parámetros ideales con lo que el fabricante otorga la puesta en marcha del sistema cuando es nuevo.
Recordemos que la máxima eficiencia que puede entregar un equipo de riego es 95%. Por ello, con estos controles periódicos, si se observan variaciones mayores a este valor aseguran que estamos regando mal por lo que el agua y los nutrientes que apliquemos no se distribuirán de manera homogénea al cultivo.
Para el caso de los sedimentos, el tratamiento es de tipo físico, o sea que dependen del sistema de filtrado previo al ingreso a la matriz de riego. Si el diagnostico es; presencia de ellos en los laterales de riego, se debe proceder por un lado al desagote de los mismos, primero en los finales de las cañerías primarias, luego de cañerías secundarias y finalmente de los laterales de riego una o dos veces al año.
Si la acumulación es abundante y considerable en el tiempo (30 o 60 días), se debe rediseñar el sistema de filtrado. Si estos sedimentos obturan o tapan un emisor de riego, el daño puede ser irreversible dada la naturaleza física del elemento. En términos simples: si una partícula de arena se incrusta dentro del gotero, no hay producto que la saque.
Si el agua de riego es bombeada y presurizada directamente del pozo, no tendríamos problema con la formación de algas y bacterias filamentosas. Donde no haría falta el tratamiento químico de la materia orgánica en este caso y solo deberíamos tratar las incrustaciones salinas, punto que trataremos a continuación.
Si el agua inyectada al sistema de riego proviene de un pozo o de canales de riego y debe ser volcada a una represa reservorio para su acumulación y posterior utilización se dará lugar a la formación de algas y bacterias que deberán ser tratadas tanto en la represa como dentro del sistema de riego.
La obstrucción química usualmente resulta de la precipitación de uno o más de los siguientes elementos: calcio, magnesio, hierro y manganeso. El agua que manejamos frecuentemente (región de Cuyo, Noroeste argentino). Contienen cantidades significativas de estos elementos, su pH es superior a 7 y muy dura con más de 180 mg CO3ca/lt de agua, lo cual lleva a la formación de obstrucciones en los sistemas de riego.
La precipitación de carbonato de calcio o magnesio es la incrustación más común que ocurre dentro de los equipos de riego, la cual debemos atender y tratar de forma periódica para mantener la uniformidad de riego.
Estos precipitados además de formarse dentro del sistema de riego, se forman alrededor del emisor y en el suelo al evaporarse el agua dejando en el caso del suelo cementadas una a otra de las partículas de suelo provocando que el agua no pueda infiltrar correctamente y escurra por la superficie contribuyendo así a la ineficiencia aun mas del riego.
Sumado al efecto de las sales del agua per se, la fertirrigación puede tambien contribuir a problemas de suciedad y obstrucciones de redes de riego y emisores. A pH superiores a 7 por ejemplo, la mayor parte del fósforo en solución se encuentra como ion monohidrógeno fosfato ((HPO4-2), este ion se une al calcio formando (CaHPO4 ), que es muy poco soluble en agua. Por el contrario, a pH 6, la mayor parte del fosforo en solución se encuentra como ion dihidrógeno fosfato (H2PO4– ) que al unirse al calcio forma Ca(H2PO4)2 Compuesto de muy elevada solubilidad.
La inyección de ácidos puede evitar o re disolver las incrustaciones, reducir o eliminar la precipitación mineral y crear un ambiente indeseable para el crecimiento microbiano.
Desde Nutriterra contamos con productos como Antiblock, para la mantención de los equipos de riego y dejarlos libre de sales y también para realizar el escarificado químico de suelo con el fin de mejorar la infiltración y penetración de agua en el suelo. También contamos con Nutri AquaPk5 para el tratamiento de algas y bacterias en represas y equipos de riego.
Foto: Medición de pH en punta de manguera durante la aplicación de Antiblock
Nuestro equipo de ingenieros agrónomos puede brindar un asesoramiento idóneo para cada caso en particular, ya sea lavado de sales, materia orgánica y sobre todo la necesidad o no de la acidificación del agua de fertirriego que conlleva a no solo evitar precipitados minerales sino que hacer más eficiente y equilibrada al nutrición de sus cultivos.